El fármaco en el Siglo XIX
Se dijo alguna vez: "que si a un abogado del Siglo XIX le fuera dado revivir y salir de la tumba, no tendría dificultad alguna para ejercer su profesión, pero sí lo mismo ocurriera a un médico o farmacéutico, seguramente no podría desempeñarse profesionalmente".
La farmacología es una ciencia en desarrollo muy rápido, que abarca áreas de interés para numerosas disciplinas afines; Fisiólogo, Químico, Bioquímico, Farmacéutico, Ecólogo e incluso Jurista.
Tan grande y continuos han sido los cambios que hablar de los fármacos en el Siglo XIX específicamente, sugiere caracterizar el período y puntualizar los cambios más importantes experimentados en el área de la farmacéutica.
Siglo XIX
Se ha considerado el Siglo XIX como un siglo largo en relación a un Siglo XX corto, por la suma de acontecimientos que en él ocurrieron. El invento de la máquina a vapor da inicio a la Revolución Industrial. La concentración de la mano de obra en torno a las máquinas produjo un notable incremento demográfico, el seguimiento del proletariado, y la búsqueda de nuevos mercados donde vender esta producción. Al mismo tiempo se obtenía un aumento en la velocidad de las comunicaciones gracias al ferrocarril y al buque de vapor, una mayor disponibilidad de bienes de consumo y un confort general que al principio sólo benefició a una clase social de propietarios.
En consonancia con estos progresos materiales una nueva doctrina filosófica procuraba darle adecuada justificación: el positivismo, una propuesta de reforma de la sociedad y una religión.
Otros descubrimientos importantes para la tecnología médica ayudaron al progreso de los saberes. De todos ellos es digno de destacarse:
- En 1842 un médico rural del estado de Georgia, Crawford Williamson utilizó éter en su práctica quirúrgica.
- En 1844 el dentista norteamericano Horace Wells comenzó a usar el óxido nitroso para extracciones dentarias con mucho éxito.
- En 1847 el obstetra inglés James Simpson reemplazó el éter por el cloroformo.
- En 1859 Charles Darwin dio a conocer su teoría de la selección natural.
- En 1895 el descubrimiento de los rayos X por Wilhelm Roentgen y la radioactividad Antoine Becquerel.
Curiosamente el uso de la anestesia en obstetricia encontró inmediatos detractores en los medios religiosos, porque contradecía el castigo bíblico de EVA "parirás tus hijos con dolor".
En cuanto a la ciencia del Siglo XIX, esta era un proceso de ensayo y error en que los descubrimientos surgían del talento de los científicos. Se trataba de crear para el beneficio de la humanidad. En la última parte del Siglo cambian las condiciones. Los descubrimientos se hacen en las empresas o en las Universidades financiadas por aquellas. Así, la investigación tiene un propósito final de lucro.
- En 1900 Karl Landsteiner describió los grupos sanguíneos, con lo cual comenzó a hacerse posible la donación de sangre humana.
Los grandes cambios en el Siglo XIX
- En Química: se explica por primera vez la materia tal y como es, es decir, el Atomismo, gracias a Mendeliev con el descubrimiento de los elementos.
- Se desarrolló la Histología, describiéndose la materia biológica agrupada en tejidos (BIchat).
- Citología: con Schwann y Schlecden, finalmente es afianzada la teoría celular por Ramón y Cejal, que describió el sistema nervioso.
- Teoría de la Evolución de Darwin.
- Desarrollo de la Teoría Microbiana por Koch y Pasteur. Elaboración de vacunas a nivel industrial y también de antibióticos.
- En este siglo los biólogos descubren la unidad en Biología, pasando de los tejidos a las células. Se planteará la vida desde el punto de vista celular, pero queda fuera el sistema nervioso, porque es atípico y se cree que es una malla que regula la unción nerviosa. La enfermedad será un trastorno de la célula y cobra mucho auge la Patología Celular.
- Bernard realiza trabajos como la absorción medicamentosa en el cuerpo humano, este era un sistema nuevo de trabajo. Este método es usado por los teóricos microbianos, es decir, investigan los microorganismos causantes de la enfermedad.
- Se pasa de hablar de seminarios a hablar de microbiología, gracias a Koch, que realizó sus trabajos en un laboratorio muy rudimentario instalado en su propia casa y sentó las bases de la microbiología al hallar las vacunas contra la tuberculosis y el cólera.
Pasteur estableció que se puede atribuir una enfermedad a un determinado microorganismo después de haberlo aislado e investigado. Pasteur fue quien terminó con la creencia de la "Generación Espontánea" a través de unos experimentos sencillos que demostraron que la fermentación era debido a la contaminación ambiental. Pasteurización, proceso que se llevó a las industrias con múltiples aplicaciones. Pasteur descubrió varios microorganismos como: vidrio séptico, staphylococcus de los furúnculos y estreptococos de las fiebres pauperales. Su gran aporte fue la vacuna de la rabia, pasaron 4 años desde que la descubrió hasta que se realizaron las vacunaciones, en 1886 vacunó por primera vez a una persona, fue un niño. Pasteur tenía 14 virus-vacuna preparados y cuando realizó la inoculación al niño, le inoculó toda la serie, obteniéndose la vacunación y la inmunidad para el resto de su vida.
En 1887 se realizó una campaña de vacunación preventiva y se empezó la divulgación completa de sus aplicaciones (Fundación del Instituto Pasteur regentado por el Dr. Roux, actualmente es el principal europeo en la investigación y producción de vacunas).
- La farmacia cambia por completo de modelo como consecuencia de la aparición de la industria, hasta este momento los medicamentos eran individualizados:
- El boticario pasa a llamarse farmacéutico y el trabajo de botica va siendo absorbido por la industria, dejándose de elaborar fórmulas en las boticas ya que es un proceso lento y poco rentable; sólo se elaborarán de forma "artesanal" aquellas fórmulas que sean específicas para un determinado individuo debido a una patología concreta (igual que en la actualidad).
- Todo este proceso se extiende a lo largo del Siglo XIX. El farmacéutico comparte su protagonismo con la industria, es la industria la que fabrica y aparece un nuevo concepto, el de la publicidad. Esta publicidad va dirigida tanto a médicos como al público en general. Este será el segundo gran cambio de la farmacia (primero fue la separación entre medicina y farmacia).
- El farmacéutico deja de fabricar fórmulas magistrales y pasa a ser dispensador de específicos.
- En el Siglo XIX es cuando la Farmacia entra en la Universidad, en España, concretamente se empezó a enseñar como tal en las facultades en 1845.
- Desaparecen las dificultades para desarrollar la profesión.
La paradoja es que en el momento en que el farmacéutico ha llegado más arriba, en el momento en que por Ley de Sanidad se le concede la exclusiva de los medicamentos y poder dedicarse a la Química, farmacia y elaboración de fórmulas, es justo cuando se produce la industrialización lo que provocará un choque, ya que se dejan de fabricar las fórmulas magistrales para pasar a la venta de específicos. Es el resultado de debates donde la mayoría de los farmacéuticos se opone a los específicos, aunque otros estaban de acuerdo, proponiéndose la unión de farmacéuticos para fabricar específicos. Todos estos conflictos se recogen en revistas y otras publicaciones, una de las más importantes de la época fue el "Restaurador Farmacéutico"(en contra de la industrialización), también encontramos la publicación de Fernando Izquierdo, "Los avisos" que estaba a favor de la Industrialización.
Debido a los conflictos, se celebró en París un congreso en contra de los específicos, en 1900 se celebró otro congreso con los mismos fines. En España la industrialización es realizada pr algunos Farmacéuticos, sobre todo tuvo lugar en Barcelona (Laboratorio Andreu).
La Farmacia en el Siglo XIX
Durante el Siglo XIX además de la venta de medicinas, en las boticas se manufacturaban los medicamentos. Estas estaban abiertas al público desde las seis de la mañana a diez de la noche, esta doble actividad de preparación y de venta de medicamentos se reflejaba en la estructura de las boticas. Generalmente estas contaban con tres espacios: un obrador, una rebotica y la botica propiamente dicha.
- La botica era el lugar donde se atendía a los clientes y ésta daba a la calle.
- En la rebotica se almacenaban los preparados, producto de las operaciones de extracciones, cocciones y pulverizaciones hechas en el obrador según las prescripciones de la farmacopea. A éstos se les daba el nombre de preparados oficinales y tomaban la forma de aceites, aguas, extractos, alcolaturas, pastas pomadas o polvos.
- El obrador era una especie de laboratorio para la elaboración de los medicamentos.
Cuando llegaba un cliente a la Botica, se mezclaban los productos, se preparaban los jarabes, se hacían las píldoras y se separaban los polvos en papeles según las especificaciones que hubiese dado el médico. A estas preparaciones se les deba el nombre de medicamentos magistrales, en las boticas también se vendían medicamentos de patente, es decir medicamentos comerciales ya listos y envasados como los conocemos ahora.
Después de la Revolución Industrial muchas de las funciones del farmacéutico fueron tomadas por las fábricas farmacéuticas. El papel del farmacéutico se orientó a darle al paciente un medicamento fabricado en masa y a la correspondiente información, reduciendo sus responsabilidades a contar tabletas, despachar medicamentos y pegar etiquetas. Los fabricantes dirigieron sus esfuerzos de mercado hacia los médicos haciendo que el servicio de la información médica igualara en importancia al despacho de medicamentos.
Hay una gran disponibilidad de excelentes medicamentos pero debido a la naturaleza tan competitiva de los mercados actuales y a la estandarización de los medicamentos fabricados en masa, se da un vacío, ya que la mayoría de las medicinas fabricadas en gran escala tienen limitaciones de concentración y forma farmacéutica que no siempre se ajustan a las necesidades de muchos pacientes. Muchos medicamentos se descontinúan simplemente porque no dan las ventas requeridas, esta podría ser una de las fuertes críticas a todos.
Esta podría ser una de las fuertes críticas a todo este cambio, ya que este sistema puede tratar a la mayoría de las personas la mayoría de las veces, pero no a todas las personas todo el tiempo.
Farmacia Contemporánea
- Antisepsia: la desarrolla un autor húngaro, Semmelweis, comprobó la gran mortalidad de las fiebres puerperales, mujeres que daban a luz asistidas en hospitales, eran mucho mayores estas fiebres que las que eran asistidas en casa, ya que padecían en menor grado estas fiebres. Por esta razón, cree que es el médico el que las transmite, esta fue la causa del uso obligatorio de cloruro de calcio para limpiar el material y a lavarse las manos después de cada visita, de este modo se redujo la mortalidad.
- Anestesia: tuvo un desarrollo muy espectacular, existieron algunos anestésicos como el ipo, el alcohol, la mandrágora, el cáñamo indiano, el hielo o la acupuntura, ésta última en Oriente, que tuvieron muy poco éxito. El primer anestésico eficaz fue el óxido nitroso (gas hilarante, actualmente en deshuso), fue Davy quien lo descubre por primera vez. de
- Asepsia e Higiene Pública: la asepsia supone esterilizar un quirófano; trabajar en medio aséptico para evitar la presencia de gérmenes. El primero que dispuso de un quirófano aseptizado fue Von Bergmann, con vapor de agua.
Fármacos en el siglo XIX
La industria farmacéutica surgió a partir de una serie de actividades diversas, relacionadas con la obtención de sustancias utilizadas en medicina. Hasta principios del Siglo XIX, los boticarios, químicos o los propietarios de herbolarios obtenían sus materias primas (cortezas de planta, encurtidos, gomas, minerales) recogidas localmente o en otros países. Estas últimas se compraban a los especieros.
Los boticarios y Químicos fabricaban diversos preparados con estas sustancias como extractos, jarabes, ungüentos, tinturas, mezclas, lociones, pomadas o píldoras. Algunos profesionales confeccionaban mayor cantidad de preparados de la que necesitaban para su propio uso y los vendían a granel a sus colegas.
La Farmacología
Se sitúa la relación entre la farmacología y la ciencia natural de forma metódica a mediados del Siglo XIX en Alemania. Una de las causas fue la sucesiva fundación de institutos universitarios destinados al estudio experimental de los medicamentos, dará cuerpo y consagrará institucionalmente esta relación. Uno de los pioneros fue Karl Gustav Mitscherlich (1805-1871), que supo unir la experimentación animal de Magendie con la Química, estudió la acción biológica de numerosos fármacos y tóxicos, como el acetato de plomo, sulfato de cobre, preparados de hierro, diuréticos, nitrato de plata, aceites etéreos, ácido acético, oxálico, cítrico y bórico.
Sin embargo, el mérito de la fundación del primer Instituto de Farmacología corresponde sin duda a Rudolf Buchheim (1820-1879) profesor en Dorpat (1846-1867) y luego en Giessen. Las originales investigaciones que llevó a cabo en su propio domicilio le dieron prestigio suficiente para que la Universidad de Dorpat le erigiese un verdadero instituto farmacológico, junto al anatómico (1860). Llamado a Giessen, donde tan reciente era el recuerdo de Liebig, de nuevo tuvo que trabajar en un laboratorio doméstico. Buchheim estudió la acción farmacodinámica y el destino intraorgánico de multitud de fármacos: purgantes diversos ( especialmente el sulfato magnésico), yoduro potásico y otras sales de potasio, antihelmínticos, substancias activas sobre el nervio y le músculo, cornezuelo de centeno, aceite de hígado de bacalao, alcaloides midriáticos de las solanáceas; así como la eliminación de ácidos por la orina, la influencia de ciertos agentes sobre los procesos fermentativos y la acción del ácido fénico y el alcanfor sobre el sistema nervioso.
El verdadero monarca de la farmacología de la época fue, Oswald Schmeideberg (1838-1921), se pueden distinguir dos campos, correspondientes a las dos disciplinas que metódicamente quiso combinar, por un lado la farmacología en sentido estricto y la fisiología y fisiopatología experimentales. Comenzaron los estudios bajo el alero de Buchheim en Dorpat, el primero fue acerca del estudio del metabolismo del cloroformo (1860), que luego había de proseguir y ampliar en Estrasburgo. Siguió luego con Truhart (1869-1870) en sus investigaciones sobre la Nicotina y poco más tarde sobre la acción de ésta sobre el corazón. Especialmente importantes fueron sus estudios acerca de la digital y los narcóticos. Establece las primeras bases para un conocimiento preciso de la relación entre la composición química y la acción biológica de los fármacos.
Más tardíamente, desligada de la terapéutica general y de la vieja materia médica, también la farmacología británica rayó a gran altura. Figura principal fue el escocés sir Thomas Lauder Brunton (1844-1916), profesor en el St. Bartholomew's Hospital y famoso por la introducción del nitrito de amilo como vasodilatador coronario, se puede presumir de ser el primer fármaco "racional", basándose en sus efectos fisiológicos se pudo predecir su efecto terapéutico sobre la angina, una auténtico "fármaco de farmacólogo" y el antecesor maloliente de los nitro vasodilatadores tan usados actualmente. Esta también otro escocés Arthur Robertson Cushny (1866-1926), discípulo de Schmiedeberg, a quien se deben, a parte de un acreditado manual de farmacología, notables investigaciones sobre la digital, la acción antagónica de los isómeros ópticos y la fisiología de la secreción urinaria.
En Francia también fue tardía la separación entre la farmacología y la terapéutica clínica en la medicina, todavía Trousseau preguntaba: "¿Qué importa como cura un medicamento si realmente cura?". Más aún el gran ejemplo de Magendie y Claude Bernard apenas fue seguido en su propio país. Lo cual no quita que en la segunda mitad del siglo XIX hubiese en Francia varios terapeutas originales y distinguidos: Adolfe Gubler (1821-1879), que estudió la farmacología clínica y experimental de la aconitina, el bromuro potásico, el haba de Calabar, el cloral, el curare y la cincocina, además de trabajos sobre la acción del fósforo y del alcohol. Pero la verdadera figura de la farmacoterapia francesa fue Ernest Fourneau en los primeros lustros del Siglo XX.
La farmacología norteamericana, my notable a fines del siglo XIX nació con James Blake (1815-1893) quien modificó sistemáticamente una serie de sales inorgánicas y observó sus distintos efectos farmacológicos, creció con Horatio C. Wood (1841-1920), estudioso de la farmacodinamia del nitrito de amilo, la hioscina y la atropina, y alcanzó definitivamente la madurez en la obra de Jacob Abel (1857-1938), que aisló, bajo el nombre de epinefrina, el principio activo de la medula suprarrenal (1898), cristalizó la insulina y contribuyó al conocimiento de la acción biológica de la histamina.
La farmacología del Siglo XIX y los inicios del Siglo XX tiene su figura más representativa en Paul Ehrlich (1854-1915), premio Nobel de Medicina en 1909. Su concepto de medicamento se basaba en un símil: debía de ser una especie de bala mágica capaz de introducirse en el organismo, ir directamente a la causa del mal y a continuación ser eliminada sin producir efecto adverso alguno. Éste es aún el ideal de medicamento, aunque ninguno cumple esos exigentes y poéticos requisitos, y todos los medicamentos, como resultado de una metabolización en el organismo, producen efectos adversos. Aunque no consiguió ninguna bala mágica, se aproximó a ese concepto y sus trabajos de investigación aumentaron la calidad, la seguridad y la eficacia de varios medicamentos, entre ellos los arsenicales utilizados como antisifilíticos. El Salvarsán, arsénico que salva o 606, tuvo mucho éxito comercial.
Las primera medicinas Sintéticas
En 1828, el químico alemán Friedrich Wöhler, calentó un compuesto inorgánico, el cianato de amonio y logró producir urea, que anteriormente sólo se había podido aislar a través de la orina.
Esa síntesis revolucionaria hizo que intentaran sintetizar otros compuestos orgánicos. Para la industria farmacéutica tuvo gran importancia el descubrimiento accidental, en 1856, del primer colorante sintético "la malva". Este descubrimiento del joven estudiante británico de química William Hemy Perkinincitó a diversos fabricantes de Alemania y Suiza a desarrollar nuevos colores sintéticos, con lo que se ampliaron los conocimientos sobre la nueva química. El primer fármaco sintético fue la acetofenidina, comercializada en 1885 cómo analgésico por la empresa Bayer de Leverkusen (Alemania) bajo la marca de Phenacetin. El paracetamol utilizado hoy como analgésico se derivó posteriormente de aquel compuesto.
El segundo fármaco sintético importante, comercializado en 1897, fue el ácido acetilsalicilico, creado por el Doctor Féliz Hoffmann en los laboratorios de investigación de Bayer. Este fármaco se vendió en todo el mundo con el nombre comercial de Aspirina, propiedad de Bayer, y supuso un tratamiento nuevo y eficaz para los dolores reumáticos. A partir de estos primeros comienzos, Bayer creció hasta convertirse en la primera atención, Bayer.
Barbitúricos y Sedantes
Son los fármacos más utilizados en los países desarrollados. En 1857 se describieron los primeros cuadros de dependencia a tranquilizantes como el paraldehído, habiéndose extendido posteriormente a sustancias como cloral, barbitúricos, bromureído, diazepan, meprobanato, matacuolona. El consumo de estas sustancias está extendido en toda la población sin haberse detectado grupos sociales o de edad determinados, aunque están más predispuestas las mujeres. En pequeñas dosis se utilizan como ansiolíticos, es decir como fármaco que mitigan la angustia e intranquilidad, y en grandes cantidades sus efectos son embriagadores, similares a los que puede producir el alcohol. La síntesis del primer barbitúrico se sitúa en 1863, habiendo en la actualidad más de 2500 derivados de esta sustancia.
Profesionalización en el Siglo XIX
La elaboración de los medicamentos a finales del Siglo XIX estaba, pues, asegurada por los boticarios y farmacéuticos. Los primeros eran personas que trabajaban y despachaban en las boticas pero no contaba con estudios formales. Su formación reposaba en la experiencia del trabajo cotidiano. Los farmacéuticos por su parte, habían cursado la carrera de farmacia, para abrir una botica bastaba con contar con un farmacéutico responsable. Legalmente estos eran los únicos facultados para ejercer la profesión y eran los responsables de las boticas ante las autoridades. Sin embargo, muchas boticas no contaban con un farmacéutico, y toda la elaboración y el despacho de los medicamentos era llevado a cabo por los boticarios. Generalmente éstos no recibían del dueño del establecimiento una paga tan elevada como lo farmacéuticos. Boticarios y Farmacéuticos compartían el trabajo y el espacio en las boticas.
Se considera al Farmacéutico hombre de ciencia y artesano a la vez, dando a la palabra artesano el significado del hombre que se dedica al ejercicio de un arte, que quiere más inteligencia.
Que la de las artes llamadas manuales; necesita conocimientos que les de la ciencia.
Esta tensión entre ciencia, arte y trabajo manual, y estos aspectos como constitutivos de la profesión, aparecen permanentemente en el discurso de los farmacéuticos a finales del Siglo XIX. La confección de los medicamentos era ciertamente el resultado de una serie de operaciones manuales, pero no por ello debía considerarse a la farmacia como un mero trabajo manual. Para los farmacéuticos era importante que quedara claro que los que se dedicaban a elaborar y vender medicamentos estaban guiados por el conocimiento y la pericia y que su actividad era la de hombres de ciencia.
Establecer una diferencia entre ciencia y arte también permitía crear una distinción entre boticarios y farmacéuticos, identificando a los primeros al trabajo manual y a los segundos con el conocimiento científico. Esta división, entre ciencia y arte manual, constituyo la más recurrente arma de los farmacéuticos en su lucha por ser reconocidos como los legítimos dueños de la profesión. El farmacéutico era el responsable de proporcionar los medicamentos para los enfermos. Algunos incluso opinaban que sin la farmacia la plate es ilusoria. Puesto que la confección de buenos medicamentos era una condición necesaria para el restablecimiento de la salud no debía dejarse en manos de gente sin preparación. La farmacia, aliada indispensable de la medicina, requería de personas con conocimientos científicos y moralidad intachable. El deber del Farmacéutico era el de vigilar que los productos que se expendían al público.
A fines del Siglo XIX empieza a cambiar el trabajo de los farmacéuticos, ya no sólo eran el encargado de elaborar medicamentos, sino que adiestrados en química, desempeñaban múltiples labores como analistas de alimentos, aguas, bebidas, examen clínicos, toxicológicos.
Realizaban investigaciones acerca de los productos medicinales tanto como funcionarios e investigadores de sustancia. Los farmacéuticos del Siglo XIX crearon su genea logícientíficas apegada fundamentalmente a la historia de la química. Se nombraron los herederos de tradición de la química de Lavoisier. Los farmacéuticos comenzaron a trabajar con compuestos puros y cristalinos y con nuevas fórmulas galénicas, dejaron atrás los ungüentos y bálsamos. Elaboraban preparaciones muy eficaces que contenían dosis conocidas y exactas de los principios activos; se trataba de cápsulas, gránulos, inyecciones hipodérmicas, etc.
Los farmacéuticos argumentaron que el conocimiento de la farmacia científica sólo podía adquirirse estudiando la carrera de farmacia, es decir, siguiendo una formación académica. El establecimiento de estas cátedras y los distintos planes de estudio propuestos durante la segunda parte del Siglo XIX fueron reflejo tanto de las aspiraciones de este reducido gremio por obtener reconocimiento y afianzarse como profesión.
Otro debate que ilustra la tensión entre formación práctica y formación científica y la lucha por el control de la profesión
Otro debate que ilustra la tensión entre formación práctica y formación científica y la lucha por el control de la profesión, es el de la pertinencia de incorporar a la mujer al ejercicio de la farmacia. Este no era un tema nuevo a fines de Siglo XIX.
Las opiniones en cuanto a las aptitudes de las mujeres para desempeñar la farmacia fueron cambiando a lo largo del siglo. Hasta 1877 argumentaban que el ejercicio de la farmacia y la medicina era sólo para hombres y que estas actividades tenían poderosos inconvenientes para el sexo débil, sin embargo, a fines del Siglo XIX, se volvió a considerar la integración de las mujeres a la farmacia. Concordaban que por su naturaleza, escrupulosa en el cumplimiento de su deber, su minuciosidad en los detalles y su resistencia a entregarse a los vicios, la hacían que muchos de los dependientes y "boticarios" más apropiada a la reclusión consecutiva y que , por lo tanto, las mujeres eran muy aptas para el despacho de los medicamentos. Agregaban que sin duda lo harían con más precisión que muchos de los dependientes y boticarios "prácticos". SE buscó la incorporación de la mujer como auxiliar de farmacia y no como profesional.
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